28 de enero de 2006
Fdo.: Vicente Prieto, secretario general de la
UC La Muntanya-Vall del Vinalopó de la UGT-PV.
Desde el inicio de 2001, fecha en que más o menos comenzó la crisis que ahora estamos padeciendo en toda su plenitud, el desempleo ha aumentado sensiblemente en nuestra comarca que, como la UGT-PV ha denunciado hace pocas fechas afecta, en mayor o menor medida, a todas las localidades.
UC La Muntanya-Vall del Vinalopó de la UGT-PV.
Desde el inicio de 2001, fecha en que más o menos comenzó la crisis que ahora estamos padeciendo en toda su plenitud, el desempleo ha aumentado sensiblemente en nuestra comarca que, como la UGT-PV ha denunciado hace pocas fechas afecta, en mayor o menor medida, a todas las localidades.
El desempleo aumenta en todos los sectores de la economía de nuestra comarca, y junto a estas cifras de desempleo, la contratación se mantiene con un 95% de precariedad, lo que a juicio de la UGT-PV constituye un rotundo mentís a las declaraciones altisonantes de la Administración Valenciana que prefiere hablar de otras variables más amables con su gestión.
Los colectivos más castigados por las altas tasas de desempleo y la desbocada precariedad que se padecen en nuestra comarca son las mujeres y las personas más jóvenes, con lo que en muchas ocasiones se produce una doble discriminación en el caso de ser mujer y contar con una edad inferior a la cuarentena.
Esta situación se repite año tras año y ello a pesar de las demandas y reivindicaciones del movimiento sindical, que no puede ni quiere permanecer en silencio ante esta tozuda realidad. La sociedad debe reaccionar, ya que conocer nuestra realidad laboral, nos obliga en conciencia a exigir la adopción de medidas, más o menos urgentes, que remedien en la medida de lo posible la indefensión de estos colectivos.
Porque estos problemas, desempleo generalizado y precariedad en el empleo entre las mujeres y los más jóvenes, no se solucionan con campañas de concienciación, publicidad o buenos deseos, sino con acciones. Desde la UGT-PV no nos resignamos. No podemos aceptar que la precariedad en el trabajo, a fuerza de repetirse acabe convirtiéndose en una constante que nos ha de acompañar de por vida, y se asuma como una realidad que, al final, se acaba viendo como normal.
Porque la precariedad vista en todas sus dimensiones no puede producir entre nuestra juventud y entre las mujeres más que inestabilidad laboral, incertidumbre en el futuro, lo que impide planificar la vida futura. No es de extrañar entonces que la emancipación se retrase cada vez más, incrementando la dependencia de la familia.
Por otra parte, la falta de equidad en los salarios de quienes han de soportar un trabajo precario, respecto a quien mantiene un puesto fijo, o entre las mujeres y los hombres supone una pérdida continuada de derechos que afectará a la vida futura de muchos de nuestros vecinos, pues tanto la jubilación como las prestaciones en caso de desempleo sufrirán un notable descenso. En el fondo estamos hablando de una pobreza encubierta que obliga a nuestros jóvenes y mujeres a vivir para trabajar en unos puestos de trabajo sin futuro y en los que difícilmente pueden sentirse realizados. Todo ello sin contar que esta situación de precariedad es una de las causas de la alta siniestralidad laboral que aflige a los trabajadores y trabajadoras de nuestra comarca.
Por ello, nuestra labor diaria tiene entre sus objetivos informar sobre qué pueden hacer los trabajadores y trabajadoras jóvenes, individual o conjuntamente, para acabar con todas y cada una de las situaciones de precariedad.
Desde la UGT-PV, conscientes de la dificultad a la que nos enfrentamos, confiamos firmemente que sólo la acción conjunta, puede frenar el deterioro de estas lamentables condiciones de trabajo y elevar hasta un nivel razonable la calidad de vida de nuestra comarca.
Los colectivos más castigados por las altas tasas de desempleo y la desbocada precariedad que se padecen en nuestra comarca son las mujeres y las personas más jóvenes, con lo que en muchas ocasiones se produce una doble discriminación en el caso de ser mujer y contar con una edad inferior a la cuarentena.
Esta situación se repite año tras año y ello a pesar de las demandas y reivindicaciones del movimiento sindical, que no puede ni quiere permanecer en silencio ante esta tozuda realidad. La sociedad debe reaccionar, ya que conocer nuestra realidad laboral, nos obliga en conciencia a exigir la adopción de medidas, más o menos urgentes, que remedien en la medida de lo posible la indefensión de estos colectivos.
Porque estos problemas, desempleo generalizado y precariedad en el empleo entre las mujeres y los más jóvenes, no se solucionan con campañas de concienciación, publicidad o buenos deseos, sino con acciones. Desde la UGT-PV no nos resignamos. No podemos aceptar que la precariedad en el trabajo, a fuerza de repetirse acabe convirtiéndose en una constante que nos ha de acompañar de por vida, y se asuma como una realidad que, al final, se acaba viendo como normal.
Porque la precariedad vista en todas sus dimensiones no puede producir entre nuestra juventud y entre las mujeres más que inestabilidad laboral, incertidumbre en el futuro, lo que impide planificar la vida futura. No es de extrañar entonces que la emancipación se retrase cada vez más, incrementando la dependencia de la familia.
Por otra parte, la falta de equidad en los salarios de quienes han de soportar un trabajo precario, respecto a quien mantiene un puesto fijo, o entre las mujeres y los hombres supone una pérdida continuada de derechos que afectará a la vida futura de muchos de nuestros vecinos, pues tanto la jubilación como las prestaciones en caso de desempleo sufrirán un notable descenso. En el fondo estamos hablando de una pobreza encubierta que obliga a nuestros jóvenes y mujeres a vivir para trabajar en unos puestos de trabajo sin futuro y en los que difícilmente pueden sentirse realizados. Todo ello sin contar que esta situación de precariedad es una de las causas de la alta siniestralidad laboral que aflige a los trabajadores y trabajadoras de nuestra comarca.
Por ello, nuestra labor diaria tiene entre sus objetivos informar sobre qué pueden hacer los trabajadores y trabajadoras jóvenes, individual o conjuntamente, para acabar con todas y cada una de las situaciones de precariedad.
Desde la UGT-PV, conscientes de la dificultad a la que nos enfrentamos, confiamos firmemente que sólo la acción conjunta, puede frenar el deterioro de estas lamentables condiciones de trabajo y elevar hasta un nivel razonable la calidad de vida de nuestra comarca.