Yaissel Sánchez Orta. Secretaria General UGT L´Alacantí – La Marina.

Dentro de dos días el President de la Generalitat Valenciana anunciará el fin de las restricciones y el acercamiento a la normalización de las actividades económicas y a la dinámica social, noticia muy deseada y esperada.

Esta situación, nos deja el camino más despejado hacia donde queremos ir una vez vuelta a la normalidad, y hago esta reflexión en el marco de desarrollo de la celebración del 7 de octubre, día Mundial del Trabajo Decente. Como sabéis, desde hace más de veinte años, desde la Confederación Sindical Internacional, venimos reclamando la premisa de creación de trabajo decente no solo en nuestro país sino a nivel global.

Creo que no hace falta que recordemos las huellas dolorosas de esta pandemia en término de pérdidas humanas irrecuperables, pero en términos laborales y actividad económica ha puesto en evidencia las políticas neoliberales que hemos soportado durante décadas. Estas políticas han dejado claro que recortar el Estado de bienestar nos ha costado vidas, que dejar sin financiación servicios públicos esenciales y sistemas básicos de protección social, es letal para la cohesión social y causa más pobreza a las capas más débiles de la sociedad.

Las desigualdades y las carencias en los sistemas de protección social preexistentes se han revelado con toda su crudeza en la pandemia. La diferencia de ingresos, la desigualdad de género, el trato a las personas migrantes, el acceso de las personas jóvenes al trabajo, la lacra de la economía sumergida que en nuestra provincia sigue en aumento, forman parte de la foto fija de la actual situación de nuestro ámbito laboral.

Por eso desde la UGT consideramos imprescindible el concurso de las organizaciones sindicales en la elaboración de los planes de reconstrucción, que a nuestro entender deben servir para cambiar nuestro tejido productivo, para hacerlo más fuerte frente a las crisis, y para generar trabajo decente, estable y con derechos.

Seguiremos argumentando que es necesario derogar las reformas laborales que solo han servido para abaratar y facilitar el despido, aumentar la temporalidad y bajar los salarios. Además, la desregulación y debilitamiento de la negociación colectiva han estado dirigidas a crear un modelo productivo precario y basado en bajos costes laborales.

Estamos ante una gran oportunidad para acometer el cambio de modelo productivo, laboral, fiscal y social para apostar por la innovación y el conocimiento con la generación de empleos decentes que cuenten con seguridad y salud en el trabajo.

Lejos de asentar frustraciones, y con una apuesta optimista, la exigencia de una trabajo decente es para transformar este modelo actual y fomentar un modelo respetuoso con el clima, un empleo al servicio de cuidados e infraestructuras, empleos inclusivos que no penalicen por ser mujer, empleos con derechos que limiten un máximo de horas de trabajo con salarios mínimos vitales y con seguridad y salud en el trabajo: este empleo es el empleo decente que venimos reivindicando y exigiendo a todos los niveles.

Por todo esto desde la UGT vamos a seguir reivindicando el Trabajo Decente con un empleo digno que es nuestra primera aspiración y lo vamos a seguir reivindicando hasta conseguirlo.