Yaissel Sánchez Orta. Secretaria Territorial UGT L´Alacantí-La Marina.

Reiniciarnos, sería la palabra para finalizar el año 2020 y la aspiración para el 2021, reiniciarnos como sociedad- copiar esa acción que solemos hacer cuando el ordenador no funciona- ironías del destino sí. Precisamente ordenadores y artilugios informáticos que hemos utilizado en el nuevo modelo de teletrabajo que se ha implantado a la fuerza y que ya no nos abandonará.

El 2020, ha estado marcado por momentos de especial intensidad con todos los cambios que hemos tenido que ir adaptando como sociedad, vivir en confinamiento, usar mascarillas, distancia individual de seguridad, nuevas formas de relacionarnos, de comunicarnos y un largo etc. También si que es cierto que en un principio cuando los aplausos a las ocho de la noche era una cita obligada y sentíamos la emoción de un sinfín de acciones solidarias, todo parecía indicar que la sociedad estaba sufriendo una mutación social para bien, quizás porque dejábamos de pensar en el “yo” y comenzábamos a pensar más en el otro, pensar de forma colectiva. Pero el virus reveló su potencial y lo que sería cuestión de pocas semanas se extendió a lo largo de todo el año, dejando tras de sí una afectación anímica y emocional fomentada no solo por el miedo al contagio y a la soledad, sino también por la incertidumbre del empleo, la pérdida de puestos de trabajo, la merma de rentas individuales, el descenso de actividades en las empresas y con ella la pérdida de recursos económicos, preocupaciones todas ellas que nos condicionan el transcurso de nuestras vidas y del futuro más próximo.

Si, son momentos difíciles a los que no estábamos preparados para afrontar, pero eso no quita que reflexionemos en conjunto y aprovechemos la oportunidad de llegar a determinados propósitos transformadores en la sociedad, propósitos que nos permiten reiniciarnos y construir una sociedad resiliente y para ello y desde una mirada sindical la erradicación del empleo precario e irregular forma parte de esos principios fundamentales, sobre todo porque este tipo de empleo en una época de crisis de cualquier magnitud, forma parte de la excusa perfecta por parte de determinadas empresas para expulsar en primera instancia y sin compasión a cientos de trabajadoras y trabajadores a la lista del desempleo, dejando su futuro  económico en manos de prestaciones asistencialistas que están acotadas en tiempo y cantidades. La experiencia nos dice que este tipo de empleo precario incrementa desigualdades, intensifica la pobreza y ahonda en las brechas perjudicando una vez más a las personas vulnerables, dando forma a ese circulo vicioso del que es difícil salir. Pero también es cierto que esta dimensión laboral y social es responsabilidad de todos los entes implicados, pasando desde el más local a las instancias europeas porque sería una falacia no pensar en soluciones globales que traspasen fronteras para conseguir el empleo decente tal y como recoge uno de los diecisiete objetivos de desarrollo sostenible.

Somos conscientes que por mucho que estemos en días de ilusión y nuevos propósitos la andadura para la recuperación llevará tiempo, pero eso no limitará  que desde UGT continuemos  con la exigencia de un modelo justo y sostenible con el medio ambiente, que abandere la solidaridad con las personas más desfavorecidas sean de donde sean, un modelo que priorice un horizonte social en igualdad de oportunidades, en el que la violencia machista haya sido erradicada y una mujer se sienta en plena libertad de decir cual es el camino que desea seguir sin el temor por su vida o la de sus hijos e hijas, esta recuperación  pasa por resarcir a la generación más joven que continúa encadenando períodos de crisis mientras el empleo estable se les resiste, por ello somos partidarias de que este modelo tiene que defender sin titubeos y al mismo tiempo afianzar los servicios públicos que enmarca la sanidad, la educación y los servios sociales, el Covid ha dejado claro que estos servicios son clave en cualquier sociedad avanzada.

Reiniciarnos significa, que nuestras empresas y personas autónomas puedan retomar su actividad proporcionando dignidad al trabajo y demostrando que son socialmente responsables, que las personas que ejercen la política, en momentos de emergencia, dejen de buscar oportunidades electorales con discursos en muchas ocasiones incendiarios y vacíos de contenido que solo llevan al espectáculo y al retuiteo fácil pero lejos de resolver los problemas del país. Otra oportunidad se nos brinda, ¿sabremos darle al botón de reiniciar?, los meses del 2021 ya nos dirán.