Ante la crisis, las personas primero. Marisa Baena
En plena temporada estival, las organizaciones sindicales estamos ultimando las fechas de asambleas y demás movilizaciones, de cara a la huelga del próximo 29 de septiembre. Todas y todos sabemos que, a partir de la crisis griega, el pasado mes de mayo, el Gobierno español aplicó una serie de medidas que han sacudido los cimientos del importante avance sociolaboral, que durante años de lucha y reivindicación obrera se habían conseguido en el marco del diálogo social.
La secuencia de medidas puede resumirse en tres puntos clave: Primero, el plan de ajuste para la reducción del déficit público; segundo, la reforma laboral, y tercero, la reforma del sistema de pensiones. En las asambleas organizadas, nuestra labor es informar sobre cada uno de estos aspectos a nuestras delegadas y delegados y al ciudadano de a pie, ya que, ante el impacto que estas medidas representan para el grueso de la población, consideramos que es políticamente indecente pretender hacer pagar a la clase trabajadora una parte sustancial de los costes de la crisis económica, por mucho que se justifique una sintonía europea detrás de esta decisión.
Estamos, pues, ante un momento clave, en el que la fuerte presión ejercida por los mercados financieros internacionales no puede estar por encima de los derechos de los ciudadanos. Hoy más que nunca, las trabajadoras y trabajadores tenemos que movilizarnos para exigir que la Unión Europea sea algo más que un mercado y una moneda, y recupere su verdadera vocación democrática y social, tan valorada y reconocida a nivel mundial.
Como actores sindicales, nos resulta imperativo organizar acciones reivindicativas junto a otros protagonistas sociales que también son voz de sectores ciudadanos afectados. Unirnos como sociedad civil, y actuar de manera coordinada, reivindicará de manera más contundente nuestro desacuerdo con las medidas planteadas hasta ahora para resolver la crisis económica. Esta sintonía es evidente en el manifiesto «Las personas primero», el texto que las organizaciones que forman parte de la coordinadora de ONGD estatal han elaborado, frente al incumplimiento de los compromisos en cooperación al desarrollo.
En él se deja claro que la crisis ya se está cobrando víctimas, y no precisamente víctimas simbólicas, sino «víctimas con nombres y apellidos, más de 1.020 millones de personas entre las poblaciones más vulnerables del planeta, principalmente en países y zonas muy distantes del parqué de las bolsas y de las sedes de los grandes bancos e instituciones financieras; algo que se da también en nuestras calles, pero que afecta con mayor fuerza a los más vulnerables».
Por ello, informarnos y sensibilizarnos en la idea de que tanto los ciudadanos de los países del norte como los del sur formamos parte de un mismo sistema es fundamental para concienciarnos sobre nuestros verdaderos derechos. Estamos inmersos en un sistema que cada vez se ceba con los más vulnerables y en el que, desde nuestro rol de trabajadores y consumidores, podemos ejercer una presión ciudadana real y efectiva.
Firmado: Marisa Baena, secretaria de migraciones y cooperación UGT-PV.