Las mujeres en España castigadas a trabajar 88 días más al año para cobrar igual que los hombres
Un año más por estas fechas el calendario de conmemoraciones nos recuerda que se tiene una asignatura pendiente con las mujeres, otra más, que en este caso hace referencia a la brecha salarial entre mujeres y hombres; entendida como la diferencia entre los salarios percibidos y calculada entre los ingresos por hora. Cuestión que sitúa a España en el 24% de esta brecha tras tres años de aumento de la misma.
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Este hecho es bien significativo, porque lo que delatan las cifras es la discriminación y la desigualdad que se dan en nuestra sociedad entre mujeres y hombres. Desigualdad que en el mercado laboral, pese a los mejores resultados académicos de las mujeres y pese al mayor porcentaje de mujeres graduadas universitarias, se evidencia de manera clara.
Las causas de esta situación son diversas y ya conocidas. Por una parte las responsabilidades familiares, que son asumidas mayoritariamente por mujeres y por otra la escasez de políticas, planes de igualdad y medidas de conciliación de la vida familiar y laboral para los dos sexos. Todo esto nos muestra una realidad que nos afea como sociedad y que castiga a las mujeres a trabajar más para cobrar lo mismo. Una sociedad que facilita a los hombres la carrera profesional, mientras las mujeres nos debatimos en el equilibrio de ejercer las tareas familiares en el hogar y las de trabajadoras remuneradas fuera del mismo.
Si a esto añadimos que las mujeres tenemos baja representación en la política, en la economía y en la investigación y la ciencia (solo un tercio de los científicos e ingenieros de Europa son mujeres) y que además, incluso en los sectores con presencia mayoritaria de mujeres estamos infrarrepresentadas en los puestos de responsabilidad, nos convierte en un país desigual que discrimina y excluye a las mujeres.
Esta realidad incontestable se ha incrementado con la crisis y con las politicas de austeridad planteadas por el Gobierno del PP estos últimos años, que han empujado de vuelta a las mujeres a las tareas domésticas y de cuidado por la falta de servicios sociales de calidad y de desarrollo de la ley de atención a las personas con dependencia.
Y es en esta foto social es en la que no deberíamos mirarnos. Una sociedad que quiere presumir de democrática debe ofrecer posibilidades reales a las mujeres y a los hombres, y para ello hacen falta planes y políticas de igualdad que nos coloquen en situación de igualdad y que frenen la desventaja en los puestos de salida adquiridas por el juego de roles y por el peso de una historia escrita en masculino. Y para ello es necesaria ya una Ley de Igualdad Salarial en la Comunitat, que tenga los recursos suficientes para hacer posible desde todos los frentes que la igualdad salarial sea una realidad.
Y además hay que actuar desde la infancia, ya que los roles de género determinan el papel que mujeres y hombres desempeñamos en la sociedad. Una sociedad más justa pasa por el reconocimiento de la igualdad y este reconocimiento debe implicar políticas en pro de favorecerla, y que permitan al hombre ser capaz de responder a las necesidades familiares, ser cuidador, y ejercer de padre sin que esto suene a absurdez. Y para ello debe ponerse en marcha al 100% la Ley de Igualdad de Oportunidades también en la Educación.
Porque si no, además, lo que estamos haciendo es perpetuar la diferencia de clases, esa que a las familias con rentas altas les permite costear los servicios de una mujer trabajadora del hogar, para permitir la carrera profesional de otra, y con ello fomentar familias en las que los hijos no ven casi a sus padres. Y esto, no podemos ni debemos permitirlo. La pobreza y la discriminación tienen rostro de mujer.
Elvira Rodenas Sancho
Secretaria de Organización y Responsable de Mujer de UGT PV