El artículo 18. Rafael Cervera
13 de mayo de 2007
Hace ya mucho tiempo que la agricultura y la ganadería dejaron de ser el motor principal de la economía valenciana, tanto en su aportación en términos de Producto Interior Bruto, como en términos de población ocupada. Los paisajes de nuestras comarcas así lo atestiguan y los cambios han podido percibirse por generaciones de personas que nacieron hijos de agricultor, sobre todo de pequeño agricultor o ganadero, y que hoy ven como su descendencia se dedica a otras actividades.
Quienes seguimos en el tajo, también hemos notado los cambios, utilizamos nuevas técnicas de cultivo o crianza y la tecnología nos permite hacer cosas que mi abuelo simplemente ni podía imaginar. El mero hecho de llevar el móvil y estar localizado constantemente cuando comprobamos el estado de los campos le habría sorprendido.
Así pues, no hay duda de que la importancia económica ha decrecido, desplazando la función de los pequeños agricultores y ganaderos actuales de forma significativa; porque los grandes, volcados hacia la exportación, mantienen altas cifras de negocio. Una situación en nada comparable con la del pequeño propietario que padece desde hace varias campañas una importante crisis, cuyo mejor ejemplo puede observarse en el subsector citrícola, que supone dos terceras partes de la producción agrícola total de la Comunidad Valenciana.
Una crisis que nos tiene acongojados, temerosos de tener que tirar la toalla dentro de muy pocas campañas si el viciado sistema llamado “a resultas” persiste. La UPA-PV consciente de ello pone el acento, no tanto en la posibilidad de que los pequeños agricultores se hagan ricos propietarios, nada más lejos de nuestra imaginación, sino en el mantenimiento de una forma de vida que, sinceramente, no cambiamos por nada.
Por tanto, la UPA-PV aboga por asegurar un mínimo de rentabilidad en el agro valenciano, un aseguramiento que debemos exigir a quien tiene las competencias en la materia. La Generalitat Valenciana, como institución que nos representa a todos, no puede escurrir el bulto y como botón de muestra mencionaré el artículo 18 del recientemente aprobado Estatuto de Autonomía (…) la Generalitat adoptará las medidas políticas, fiscales, jurídicas y legislativas que garanticen los derechos de este sector, su desarrollo y protección, así como de los agricultores y ganaderos.
Y mira por donde, nos encontramos inmersos en plena campaña ante las elecciones del próximo 27 de mayo, cuando los partidos plantean sus programas y explican, cuentan y dicen qué hacer con el bien y el mal, y, con la agricultura y la ganadería en la Comunidad Valenciana en los próximos cuatro años.
Pues bien, este es un buen momento para recordar desde esta tribuna pública qué entiende la UPA-PV como indispensable para reorientar una situación que, repito, de mantenerse puede lanzar al traste al llamado sector primario.
En primer lugar, es urgente la creación de una mesa de concertación agraria permanente con las organizaciones agrarias representativas y la administración autonómica donde se elaboren planes de reestructuración varietal, en el caso de los cítricos, planes de abandono para los agricultores mayores y una diversificación de las campañas de promoción del consumo de los productos de nuestras explotaciones.
En segundo, es preciso prepararnos para que la futura OCM de frutas y hortalizas sea una oportunidad más que una losa, con medidas encaminadas a gestionar las coyunturas de crisis a corto plazo que la OCM no contempla, estableciendo una red de seguridad para compensar bajadas de precios excesivas.
Por último, y como medidas inminentes hemos de generalizar un seguro de rentas por explotación, homologar el contrato de compra-venta y vincularlo a la trazabilidad de los productos perecederos, legislar ante los excesivos márgenes comerciales y hacer del observatorio de precios un ente vinculante.
Para la UPA-PV se trata de alcanzar desde el consenso una coordinación general para garantizar el mayor grado de eficacia y eficiencia, articulado sobre un marco jurídico ciertamente novedoso, capaz de integrar todas las medidas reseñadas con anterioridad. Puesto que con el reconocimiento social, cultural o institucional de la importancia del sector agrario no es suficiente para mantener la actividad productiva, que es la única forma de cuidar el territorio, el medio ambiente y asentar la población en el ámbito rural.
Firmado: Rafael Cervera Calduch, secretario general de la UPA-PV.