Servicios públicos para la convivencia. Rafael Recuenco

1 de mayo de 2007

Servicios públicos para la convivencia. Rafael Recuenco Las trabajadoras y los trabajadores valencianos salimos cada Primero de Mayo a la calle para manifestar que deseamos vivir en una sociedad donde se dé una verdadera igualdad de oportunidades; cada año venimos a decir que, con el tiempo, las cosas deberían ir a mejor, pero también somos conscientes de que pueden ir a peor y, de hecho para la UGT-PV, en algunas cuestiones esta es una verdad incontestable.

Así en los últimos años, el llamado Estado del Bienestar en la Comunidad Valenciana ha sufrido continuos ataques que, paradójicamente, proceden de la institución que debería velar por los intereses de los valencianos. La Generalitat Valenciana ha permitido a base de dejadez e inacción que en los últimos años la sanidad, la educación, el transporte o los servicios sociales se deterioren y  pierdan calidad, contraponiendo, aunque sin decirlo explícitamente, las virtudes de todo lo privado y lo privatizado frente a lo público, que está siendo tratado de forma intolerable.

En el fondo tratan de arrimar el ascua a la sardina del discurso neoliberal que dice que el Estado del Bienestar supone un despilfarro, una pérdida de recursos que deberían utilizarse en no sé que otras cuestiones más rentables para no sé quien. En contraposición a este planteamiento, la UGT-PV junto a la mayor parte de los trabajadores y trabajadoras entendemos que los servicios públicos tienen un valor irrenunciable como instrumentos para atender las necesidades ciudadanas de forma eficaz, con garantías y, por supuesto, con carácter universal.

Así entendido, los servicios públicos implican un componente elemental e imprescindible de convivencia, reforzando los lazos de unión de las personas que convivimos en la sociedad. Mantenerlos en las mejores condiciones de uso y dotarles de los medios materiales y humanos necesarios para su correcto funcionamiento, es una obligación de los poderes públicos que no siempre se cumple.

Es más, en la Comunidad Valenciana hemos sido testigos de un claro deterioro de la sanidad, con una falta de personal inaudita y unas largas listas de espera, de la educación siempre necesitada de inversiones, de los servicios sociales con unos ratios de asistencia por debajo de la media española, del transporte público con claras y nefastas deficiencias. En la mente de todos está el trágico accidente en el metro de Valencia el pasado mes de julio, en el que perdieron la vida 43 personas y medio centenar quedaron heridas. Un accidente que, con seguridad, nunca habría ocurrido de haberse dado las inversiones públicas  pertinentes.

Pero cuando nos referimos a los servicios públicos también hablamos de la partidista gestión de la televisión de todos los valencianos, o del desarrollo de la Ley de la Dependencia que en la Comunidad ha de ser complementada por la Generalitat, para que se convierta en una de las piezas clave en la configuración del Estado del Bienestar, que los trabajadores hemos reclamado durante decenios y que no estamos dispuestos a perder por esta ola neoliberal y desrreguladora.

Cuestiones, que la UGT-PV planteará en el diálogo social autonómico al Gobierno surgido tras las elecciones autonómicas, con el fin de llegar a acuerdos que den respuesta eficiente a los retos sociales que la sociedad valenciana tiene delante, en un mundo en constante cambio y que demanda respuestas dinámicas que se adapten a las coyunturas y problemáticas cambiantes.

Junto a ellas, se mantienen otras que por repetidas no dejan de tener su importancia, la crisis de los sectores industriales se mantiene con cierres como el de la textil Ferry’s y despidos que no reciben tanta atención mediática, la precariedad en el empleo, sostenida por algunos empresarios, que afecta principalmente a la juventud, imposibilitada para hacer sus planes de futuro ni acceder a una vivienda digna. Y qué decir de la respuesta que la Generalitat Valenciana está dando al fenómeno de la inmigración, con puestas en escena que de cara a la galería quedan muy bien en la televisión, pero que dejan mucho de desear en cuanto a sus vertientes legal, social, laboral, humanitaria y económica.

Mientras, el mundo de fábula inventado para cada ocasión se repite como si de ello dependiera su autenticidad, pero las mujeres padecen violencia y discriminación laboral, los trabajadores seguimos sufriendo las consecuencias de la siniestralidad laboral que cada año y, sólo en la Comunidad Valenciana, siega la vida de un centenar de personas en su puesto de trabajo.

En definitiva, para la UGT-PV los retos del presente no pueden esperar soluciones encomendadas a un futuro más o menos lejano, en la creencia de que con el tiempo todo irá mejor. Los trabajadores y trabajadoras hemos de ser conscientes de la necesidad de perseverar cada día para que las conquistas adquiridas a lo largo de los decenios y que se han dado en llamar Estado del Bienestar no mengüen, sino que todo lo contrario, sean cada vez más amplias, con mayor calidad y que mantengan ese carácter universal que hace de la solidaridad la mejor seña de identidad de la convivencia.

Servicios públicos para la convivencia. Rafael Recuenco Firmado: Rafael Recuenco Montero, secretario general de la UGT-PV.

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