Señor Torró, salga de ese jardín. Raül Roselló Gregori

La propuesta de un alcalde para afrontar los problemas de la ciudad que gobierna no puede ser jamás vivir al margen de la Ley. Esto es lo que hace el Alcalde de Gandia cuando decide ignorar los derechos de los trabajadores en el conflicto surgido entre el Ayuntamiento y la empresa Talher, que se ocupa del mantenimiento de los jardines de la ciudad. La empresa puede decir que se va si no se le paga de inmediato. El Alcalde puede permitirse el órdago de decirle a la empresa que se vaya. Debería aclarar que algún día les pagará porque no creo que sea sensato admitir que Gandia se desentienda de abonar unos servicios de jardinería que ya ha consumido. Pero ese es un conflicto entre el Ayuntamiento de Gandia y una empresa. Si se respetara la Ley, los trabajadores deberían ser ajenos a este rifirrafe. La Ley dice que los trabajadores de este servicio público, que en este caso presta una empresa privada, tienen derecho a permanecer en su puesto de trabajo aunque venga otra empresa. Es un derecho - de subrogación, así se llama - que se tiene que respetar.

No es razonable que en este momento haya sesenta familias de trabajadores que vivan en la incertidumbre de ver si se les priva del puesto de trabajo dependiendo de si el Alcalde de Gandia acepta el derecho de subrogación o no lo acepta. La sola idea de que se puede estar forzando una situación que persiga privar de su puesto de trabajo a unos trabajadores para poder colocar a otros produce tal repugnancia que el Alcalde debería manifestarse sin ambigüedades para despejar cualquier duda al respecto.

Los puestos de trabajo no van a desaparecer y no se puede querer engañar a los trabajadores prometiendo empleo futuro a cambio de renunciar ahora a derechos laborales que ya se tienen. Gandia tiene jardines y tiene que realizar su mantenimiento. A partir de ahí solo puede privarse a los trabajadores de su puesto de trabajo recurriendo a trampas. Pueden ser adornadas con elegantes palabras: eficacia, eficiencia, optimización de recursos. Trampas. Para que otros trabajadores ajenos a la actual plantilla puedan ocuparse de los jardines Gandia deberá proclamar algo parecido a un Estado de excepción, alegando razones de salubridad o algo similar. Esto es muy grave. Gandia no puede gobernarse con gorra militar. No pueden suspenderse derechos de los trabajadores -derechos ciudadanos- por capricho de nadie. Sería inmoral que se utilizara la maquinaria municipal para robarle a un trabajador el puesto de trabajo al que tiene derecho. No podemos permitirlo. Si lo aceptamos estaremos retrocediendo hacia una sociedad esclava y sin derechos. Si besamos la mano del poderoso se nos concederá la gracia y si no deberemos atenernos al castigo. Si el Ayuntamiento de Gandia quiere aplicar esta lógica a toda la gestión municipal caminamos a marchas forzadas hacia un rosario de situaciones conflictivas.

Desde UGT tenemos claro que deberemos movilizarnos cuantas veces sea necesario para defender los derechos de los trabajadores. Los trabajadores de Talher, y sus representantes legales de UGT y CCOO, han convocado en los próximos días concentraciones y otras actuaciones de protesta. El viernes 23 estarán a las 19:00 horas a las puertas del Ayuntamiento y más adelante se propondrán más movilizaciones si no se garantiza la subrogación. Solo pedimos una cosa: que si se va Talher se respete el derecho de los trabajadores a seguir en su puesto de trabajo con la empresa que pueda venir. No lo vamos a pedir por favor, aunque sí queremos apelar a la responsabilidad. Es su derecho y el Alcalde de Gandia debería estar responsablemente del lado de la Ley y del lado de los derechos de los trabajadores. Los derechos de sesenta trabajadores y de sus familias no pueden ser borrados de un plumazo.

Firmado:  Raül Roselló Gregori, Secretario General de UGT –UC Ribera Baixa, Safor i Vall d’Albaida.

Información básica Servicio de hogar familiar 2015