Una verdad incómoda. Pepe Esteve Giner

8 de marzo de 2008

Una verdad incómoda. Pepe Esteve Giner Hay palabras incómodas de decir: “no” es una de ellas. Debemos aprender a decir que no más veces. Tenemos un problema muy importante los trabajadores de este país y las mujeres trabajadoras, que son madres, lo conocen muy bien: no podemos criar a nuestros hijos con los horarios que tenemos.

El nuestro es un de los países con menor índice de nacimientos, y aún parece un milagro no tener un crecimiento cero; porque... ¿Cómo es posible trabajar y criar a un hijo en un país que tiene obligatoria la escolarización de los pequeños sólo a partir de los 6 años?, ¿qué empresa trabaja de 9 a 5 de la tarde?, ¿cuantas fábricas?, ¿ese es el horario de los polígonos industriales?, ¿y durante las vacaciones de Navidad, y las de Pascua y las tardes de junio y septiembre, y julio y agosto?, y ¿qué hacemos si el pequeño tiene fiebre? ¿y si tiene la varicela y no puede salir de casa?, ¿quien se encarga de él?

Muchas madres trabajadoras saben que han pagar por tener a sus hijos en actividades extraescolares, en escuelas de verano, en clases de repaso... pero sobretodo saben que deben pedir el favor a alguien que no les dirá que no: la abuela.

Tenemos una generación de mujeres llamada la generación silenciosa: mujeres que han trabajado desde pequeñas, sin reclamar nada, mujeres sin convenio, mujeres sin derechos. Mujeres que han criado a los hijos, que han llevado adelante la casa y el trabajo; mujeres que han cuidado a sus padres y que ahora, a la vejez, deben cuidar a los nietos.

Y tenemos que ser nosotros, los que debemos decir: ¡basta! No podemos consentir que un problema tan importante se resuelva castigando nuevamente a unas mujeres. Debemos ser ambiciosos en nuestras reivindicaciones en el día de la mujer trabajadora. Quiero: trabajo para los padres, dignidad y descanso para las abuelas y atención para los hijos, y lo quiero todo, porque es justo y porque es como se deben hacer las cosas: bien hechas. Nos lo merecemos.

Las mejoras laborales en términos de más dinero son imprescindibles, pero no son suficientes. Debemos insistir en una idea clave: que nuestros hijos tengan derecho a sus padres.

Las medidas sociales que se han aprobado deben ser el inicio de nuestras demandas colectivas. En los convenios debemos poner énfasis en el derecho del padre y de la madre trabajadora a criar a sus hijos. Permiso por maternidad, por paternidad, jornada especial los primeros años de vida, ayuda domiciliaria, escuelas infantiles públicas... ahora es el momento de pedir, porque ahora hay un buen momento económico y el dinero sólo vale para asegurarte una mayor calidad de vida.

Yo quiero que la abuela de mis hijos se alegre de quédarselos una noche y que ellos disfruten de esa relación, que para ellos sea un placer y no una obligación y para mí, y para las mujeres trabajadoras, quiero que ser madre pueda ser una decisión tomada con alegría, con responsabilidad y con la colaboración de todos. “No” es una palabra incómoda; pero si sirve para cambiar el mundo de mis hijos, diré NO! muy alto.

Firmado: Pepe Esteve Giner, secretario general de la UC de la UGT-La Costera-Ribera Alta-Canal de Navarrés.

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