1º de Mayo
Por Yaissel Sánchez Orta
En este primero de mayo, Día Internacional del Trabajo, en la que los trabajadores y trabajadoras de este país, tenemos más que razones suficientes para alzar la voz contra este mundo desigual que fragmenta a la sociedad, porque prevalecen las ideologías que quieren imponer el individualismo y la desprotección.
La situación de crisis económica y las erróneas políticas aplicadas en el país, han conseguido el empobrecimiento de la clase trabajadora, sometida en muchos casos a la voluntad empresarial, gracias a la desregulación de los derechos adquiridos a través de unas reformas laborales injustas que se nos impusieron, un ejemplo significativo, es el papel que realizan las empresas multiservicios que están denigrando la labor profesional de los trabajadores y trabajadoras y vulnerando sus derechos ya que sus condiciones de trabajo se ven mermadas por los intereses empresariales que no son otros que obtener beneficios a través del factor trabajo.
A pesar de que la macroeconomía presenta cifras de crecimiento económico, está no se traduce en el bienestar de los hogares, porque aunque el desempleo disminuye de forma estacional, el empleo creado es muy frágil, al estar condicionado por la utilización abusiva de la temporalidad con la excusa de que las actividades en algunos sectores están muy enmarcadas por las calendarización de las temporadas.
Esta incertidumbre que causa la temporalidad, hace que las trabajadoras y trabajadores tengan que aprender a convivir con una gran dosis de inestabilidad laboral y sin poder plantearse planes de futuro en lo personal.
Las mujeres y hombres que formamos la Unión General de Trabajadores, como sindicato de clase que somos, venimos denunciado y movilizándonos contra las políticas de este Gobierno del Estado, que ha expulsado del mercado laboral y en contra de su voluntad, sobre todo, a las trabajadoras y trabajadores de más edad, que han pasado a formar parte de ese paro estructural de larga duración, provocando además que sus cotizaciones a la seguridad social se vean mermadas y por ende se les arrebate el derecho a una pensión digna.
Unas pensiones defendidas por UGT en las mesas del Diálogo Social porque no podemos permitir, que se intente ensombrecer y liquidar por parte del Gobierno y de sus seguidores ideológicos, otro de los pilares básico del Estado de Bienestar que hemos construido como país, que es el Sistema Público de Pensiones.
No tienen excusas y además no es entendible, que este mismo Gobierno manifieste una y otra vez que la economía crece al ritmo del 3% y por consiguiente nos lance el pulso a los cientos de miles de pensionistas de este país, revalorizando las pensiones tan sólo un 0,25%. Somos el único país de Europa donde se recortan las pensiones en un contexto económico como este, intencionadamente se pone el foco de la mirada en las pensiones y no en el déficit que se genera en la Seguridad Social, por las mismas políticas erróneas que ha impulsado el ejecutivo del Partido Popular.
Desde UGT, promovimos una proposición de ley para revalorizar las pensiones y que no se sufriera una pérdida de poder adquisitivo, esta proposición fue respaldada por 178 diputados y diputadas, lo que significa que el Gobierno no tiene una mayoría para hacer una política de recorte de derechos, por eso, hay que seguir presionando y movilizándonos por el presente y el futuro de nuestras pensiones, porque se lo debemos a las generaciones futuras.
Estas generaciones futuras, nuestros jóvenes, que ahora mismo, se les abandonan y arrincona a su suerte, por parte del Gobierno, ya que no tiene interés en apostar por su emancipación y por contribuir a la creación y al fomento de empleos estables. Los Presupuestos Generales del Estado del 2017, son el reflejo de ese olvido, recortando en el gasto de la partida de políticas de empleo, en el programa de vivienda, en las prestaciones por desempleo.
De ahí que, reafirmemos que es imprescindible que se amplíe el Plan de Garantía Juvenil, con medidas de colocación inmediata para lograr la inserción de los más jóvenes y además con mecanismos de control que persigan la contratación temporal y fraudulenta. Asegurar su futuro, es asegurar el futuro del país.
Después de estos años de intensa crisis económica, es la hora sin más demora, de revertir la situación de cientos de miles de familias, trabajadores y trabajadoras que han soportado la gravedad de la situación, ahora es el momento de llamar a la responsabilidad de las empresas y de las administraciones y se hace imprescindible repartir beneficios y riqueza.
Es hora de que los salarios suban y existe margen para ello, las empresas no puede mirar solo al bolsillo de sus cuentas, se trata de responsabilidad, no podemos mantener un país donde priman salarios que apenas alcanzan el Salario Mínimo Interprofesional. Unos salarios dignos, estimularían a la demanda interna y contribuirían a un crecimiento más fuerte, es reconocido, que los países más prósperos son los que cumplen con principios basados en salarios altos, Diálogo Social permanente y un sistema de protección social más fuerte.
Estos salarios ridículos, afectan en gran medida a las mujeres trabajadoras, donde la desigualdad salarial continúa abriéndose camino y ensanchando la brecha y la discriminación que vienen sufriendo, reflejada en empleos de poca consistencia. Ese atributo a la inferioridad por el hecho de ser mujer, se manifiesta de la manera más dolorosa en las violencias ejercidas contra las mujeres, en la lacra del terrorismo machista que golpea una y otra vez y que la máxima institución del país no pone coto a esta barbarie machista.
Ya no queremos palabras vacías y gestos sin alma, pedimos a gritos un Pacto de Estado para erradicar este mal que nos azota como sociedad, cuando a una mujer se le arrebata la vida y la de sus hijos e hijas en manos de su padre, por ello reafirmamos que un maltratador nunca podrá ser un buen padre.
Es necesario además, erradicar también, cualquier discriminación y violencia ejercida sobre las personas lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, por eso, uno de los pilares esenciales que hay que defender en cualquier sociedad es la educación en valores de igualdad y respeto.
El panorama político en las últimas elecciones, nos ha dejado cambios sustanciales, donde no prevalecen mayorías y por tanto se hace necesaria una labor parlamentaria rigurosa para derogar las reformas laborales y revertir las situaciones de desprotección y de desigualdad de la ciudadanía en general.
Es primordial que los partidos progresistas contribuyan a ello con su labor política, es el momento de recuperar derechos, se comprometieron con nuestras propuestas y la ciudadanía espera ese cambio a todos los niveles: nacional, autonómico y local, el tiempo apremia y las esperanzas depositadas pueden desvanecerse o ser reales.
El clamor general de un mundo más justo, más equitativo e igualitario, tiene que sentirse, porque ya no hay excusas, queremos empleos estables, salarios dignos y más protección social.
PUBLICADO EN LA REVISTA DE GUANYAR.