29 de junio de 2006
UGT manifiesta su satisfacción por la convalidación hoy en el Congreso de los Diputados del Real Decreto Ley del Acuerdo para la Mejora del Crecimiento y del Empleo y pide a los grupos parlamentarios que durante su tramitación como Proyecto de Ley respeten al máximo el texto de dicho acuerdo que procede del Diálogo Social.
El sindicato destaca que es un acuerdo útil, positivo y equilibrado en su contenido que permitirá impulsar el empleo estable y un modelo de crecimiento económico basado en la competitividad de las empresas y en el aumento de la productividad y la cohesión social.
UGT pide a los grupos parlamentarios, tras la convalidación hoy del Real Decreto Ley del Acuerdo para la Mejora del Crecimiento y del Empleo (AMCE), que durante su tramitación como Proyecto de Ley y desde el respeto absoluto al ejercicio a la democracia parlamentaria, respeten al máximo el texto consensuado por Gobierno, sindicatos y patronal en la mesa de mercado de trabajo.
El sindicato recuerda que el acuerdo, fruto del Diálogo Social, es útil, positivo y equilibrado en su contenido y supone una apuesta por el empleo estable, impulsando este tipo de contratación a través de una serie de medidas: limita la utilización abusiva de la contratación temporal, regula la cesión ilegal de los trabajadores y establece mecanismos para dotar de transparencia y control a las contratas y subcontratas; refuerza el papel de la Inspección de Trabajo y la vigilancia del cumplimiento de las normas sociolaborales, se mejoran los Servicios Públicos de Empleo, las políticas activas y las prestaciones por desempleo y del FOGASA y se generan nuevos derechos de intervención sindical.
El acuerdo, firmado por Gobierno, sindicatos y patronal el pasado 9 de mayo, es un elemento importante para desarrollar el compromiso de cambio de modelo productivo, para lo que es necesario la mejora del capital humano (calidad del empleo y formación), tecnológico y físico (infraestructuras). Pero además supone un avance en la mejora de los derechos de todos los trabajadores y especialmente de los jóvenes, las mujeres trabajadoras e inmigrantes, que son además los colectivos más castigados por la precariedad y la temporalidad.