16 de junio de 2006

El Segundo Congreso de la UPA-PV reunirá a cerca de 60 de delegados y delegadas de todas las comarcas de la Comunidad Valenciana, que definirán las líneas de actuación de la organización para los próximos cuatro años en un contexto caracterizado por la crisis de rentabilidad del campo valenciano.
Al evento, que se iniciará a las 10,30 horas, han confirmado su asistencia, entre otros, Lorenzo Ramos, secretario general de la UPA, Juan Cotino, conseller de Agricultura Pesca y Alimentación, Marcos Alarcón, secretario de organización de UPA, Francisco Rodríguez Mulero, coordinador de desarrollo rural y agricultura del PSPV y Rafael Recuenco, secretario general de la UGT-PV.
Al evento, que se iniciará a las 10,30 horas, han confirmado su asistencia, entre otros, Lorenzo Ramos, secretario general de la UPA, Juan Cotino, conseller de Agricultura Pesca y Alimentación, Marcos Alarcón, secretario de organización de UPA, Francisco Rodríguez Mulero, coordinador de desarrollo rural y agricultura del PSPV y Rafael Recuenco, secretario general de la UGT-PV.
Bajo el lema: “Por un territorio vivo y dinámico para agricultores y ganaderos”, la UPA-PV reivindicará en este su segundo Congreso una mayor implicación de la administración valenciana en la solución a los graves problemas que aquejan al campo valenciano, entre los que destacan los continuos descensos de los precios que reciben los agricultores y ganaderos por sus productos, el desarrollo rural sostenible, el déficit hídrico, y el necesario redimensionamiento de las explotaciones agrarias.
En este sentido, Rafael Cervera, secretario general de la UPA-PV, señaló que una de las reivindicaciones en las que la organización quiere hacer especial hincapié en el futuro es la supresión del impuesto de sucesiones y donaciones en las explotaciones agrarias y ganaderas familiares, una promesa electoral del Partido Popular que no tenido su plasmación legislativa. Una cuestión que para Cervera sería muy beneficiosa para el campo valenciano, ya que eliminar los obstáculos restrictivos que impiden o dificultan el acceso a la titularidad de las explotaciones a los hijos e hijas de los actuales agricultores valencianos debería ser una prioridad, sobre todo, cuando ser y continuar siendo agricultor o ganadero en la actualidad es poco menos que una odisea.