31 de marzo de 2006
YA QUE EL MODELO DE MERCADO ACTUAL EMPOBRECE A PRODUCTORES AGROPECUARIOS Y CONSUMIDORES.
SI LA SITUACIÓN PERSISTE, UPA-PV NO RENUNCIA A PONER NOMBRES Y APELLIDOS A LOS PRECIOS DE DESTINO.
La Comisión Ejecutiva de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA-PV) ha elaborado un estudio con las conclusiones de su último Seminario sobre el Comercio Justo, en el que analiza la situación de los mercados de productos agrarios.
Entre las conclusiones quieren destacar que el mercado no es neutro, máxime cuando no es nuestro, es un instrumento económico que puede servir para construir o destruir. Depende de la voluntad de los que controlan los mercados y de los que deben velar por la equidad. El modelo de mercado actual empobrece a productores y consumidores a favor de la acumulación y crecimiento de quienes detentan las grandes distribuciones. Entre las conclusiones de este seminario se sentencia: “En el actual modelo, el pequeño productor agropecuario transfiere el valor y la riqueza al sistema controlado por grandes distribuidoras que compran siempre por debajo de su valor, y después, venden por encima de su valor, con incrementos superiores al 700%”. La solución para un reparto justo de la riqueza que producen los trabajadores del sector primario no puede venir de los gobiernos, aunque éstos puedan aportar, si es que quieren, una ayuda importante.
En los análisis de escalonamiento de precios, la UPA-PV ha utilizado distintas fuentes, para ver como se van produciendo los incrementos y, hasta ahora, los ha dado sin decir concretamente la procedencia de precios en destino, pero según aseguró Rafael Cervera, secretario general de UPA-PV, “si la situación persiste, no renunciamos a poner nombres y apellidos a los precios de destino”.
La solución sólo puede estar en el modelo de mercado. Y ante esta afirmación sólo cabe la acción de los pequeños agricultores para modificarlo. No podemos consentir que las OPCH (Organizaciones de Productores de Cítricos y Hortalizas) se conviertan simplemente en almacenes para los distribuidores. Debe haber iniciativas de grandes cooperativas o de unión de varias que concentren la oferta de productos distintos. Incluso tendremos que pensar en tener nuestros puntos de venta, nuestras grandes superficies, donde las cooperativas unamos productos de distintos territorios, ya sean hortofrutícolas, lácteos o embutidos.
Debe buscarse un comercio más justo, que surja de una nueva relación, libre, directa y honesta, entre los sujetos económicos que participan en la cadena de producción y distribución de productos agropecuarios: los productores en vías de empobrecimiento, los consumidores solidarios y unos intermediarios razonables.
Los consumidores realizan ante la compra de productos agropecuarios un acto de elección, seleccionando los productos que compran. El consumidor debe empezar a entender que con su consumo puede castigar a empresas por su mala conducta, pero en el caso de nuestras producciones el consumidor no tiene donde elegir.
Debería intervenir el Servicio de Defensa de la Competencia. Todo esto justifica la petición de UPA de una ley de márgenes comerciales. El Servicio de Defensa de la Competencia es el órgano de la Administración General del Estado encargado de la instrucción e investigación de las conductas contrarias a la competencia, este Servicio realiza funciones de estudio, investigación, e informe de iniciativas legislativas en esta materia.