3 de enero de 2006
VALORACIÓN DE UGT-P.V. RESPECTO DE LOS DATOS DEL PARO DE DICIEMBRE DE 2005
Para la UGT-PV el aumento de 4.827 parados durante el mes de diciembre en la Comunidad Valenciana rompe todas las estadísticas, ya que al menos desde el año 1996, nunca se había producido tamaño batacazo en el mercado laboral valenciano. En términos relativos, este descalabro supone un incremento del desempleo del 2,46%, frente al aumento del 0,35% del total nacional.
Es más, con 2005 acabado, se ha producido un fuerte incremento del desempleo cifrado en 9.542 personas, mientras que en el conjunto de España se ha desarrollado justamente el proceso contrario, ya que durante 2005 se registró un descenso de 9.778 personas, lo que significa un aumento del 5% del paro registrado en la Comunidad Valenciana, frente a un descenso del 0,5% en el total nacional.
Así, la UGT-PV lamenta que la Comunidad Valenciana se haya convertido en la segunda comunidad autónoma donde más ha aumentado el paro en 2005, en términos absolutos. Por otra parte, y de nuevo, Alicante registra el mayor aumento con 8.910 desempleados más en términos interanuales, es decir un 93,4% del incremento del desempleo en la Comunidad Valenciana.
Por sectores, aumenta en todos: construcción (8,07%), industria (3,70%), servicios (1,75%) y agricultura (3,15%), mientras que, por otra parte, al observar los contratos registrados durante el mes de diciembre se produce un descenso del 26,11%: 45.294 contratos menos en relación con el mes anterior. Entre los indefinidos se registra un descenso del 27,75% (4.884 contratos) y entre los temporales un 25,94% (40.810), con lo que el año concluye con una exorbitante tasa de contratación temporal del 90,4%.
Con todos estos datos tan frustrantes, se constata que el año 2005 ha sido un verdadero fracaso, tanto a la hora de disminuir el volumen de desempleados, como a la hora de mejorar la calidad del empleo, es decir, un año decepcionante por lo que la UGT-PV demanda al Gobierno de la Generalitat que abra los ojos y deje de regodearse en la autocomplacencia, ya que nuestra comunidad necesita de políticas económicas incisivas que rompan la abusiva precariedad laboral, que impulsen el crecimiento económico equilibrado y sostenible, a través de una política industrial como eje del sistema productivo.