Garantizar la seguridad en los centros de trabajo es una responsabilidad de los empresarios y también de las administraciones que, en demasiadas ocasiones, brilla por su ausencia.
Una situación que en los últimos años lejos de erradicarse permanece inalterable, por una parte por la falta de interés de un buen número de empresarios que anhelan beneficios rápidos sin importarles el riesgo que genera su actividad, y, por otra, de la ineficacia, cuando no la desidia, de las administraciones públicas incapaces, por lo que se ha visto, de aplicar la fuerza del estado de derecho con decisión a quienes no respetan la vida de los trabajadores a su cargo.
A pesar de ello, en la UGT-PV no vamos a dejar de denunciar y movilizarnos ante los continuos accidentes laborales que se producen en la Comunidad Valenciana. La fría estadística dice que cada semana del pasado año murieron dos trabajadores en accidente laboral, pero la realidad es que dos familias, dos mundos se estrellan cada semana contra el asfalto por una caída de altura, por un aplastamiento, o por quien sabe que descuido o imprudencia empresarial.
Mientras, desde la Generalitat Valenciana, la administración más próxima y quien debería velar por el cumplimiento de la legislación vigente en su ámbito, se sigue comulgando con la táctica de escurrir el bulto, de esconder la cabeza debajo del ala, cada vez que un ser humano fallece en el trabajo. Seguimos echando en falta medidas horizontales, las actuaciones puntuales, sectoriales, en vez de atacar el problema con valentía y desde su globalidad son sólo parches que permiten a los empresarios sin escrúpulos trasladar las actividades de riesgo de un sector “vigilado” a otros con menores posibilidades de inspección.
Por ello, podemos considerar que en esta legislatura apenas hemos avanzado nada en cuanto a la lucha contra la siniestralidad laboral, la política ante los accidentes en el trabajo por parte de la Generalitat Valenciana ha sido un fracaso, ya que ésta se ha realizado de cara a la galería, pensando solamente en la coyuntura, sin entrar en el fondo del problema, haciendo malabarismos con la estadística, siempre tan sufrida, pero incapaz de esconder las consecuencias mortales del desinterés de ciertos empresarios y de la desidia de la administración.
Desde aquí puedes descargarte el manifiesto en pdf para su impresión o para leerlo en pantalla