12 de septiembre de 2006
La Unión de Pequeños Agricultores (UPA-PV) reclama a la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación voluntad para resolver los problemas del sector citrícola articulando reglas claras y justas, que impidan los abusos y desordenes provocados por el comercio a lo largo de los últimos años, cuando han aprovechado su situación de ventaja en el mercado para aumentar los márgenes a costa de los productores de cítricos.
Desde la UPA-PV hemos venido denunciando la situación límite que padecen los productores de frutas y hortalizas, en general, y la citricultura, en particular, a la hora de hacer las múltiples operaciones de ventas de sus productos, por lo que es necesario ordenar de una vez el sector principal de actividad agraria de la Comunidad Valenciana.
Para ello, las organizaciones agrarias hemos demandado que se termine con la indefensión que supone para los productores tener que asumir los costes de su producción sin saber el valor de la misma, un valor que el comercio determina mediante las prácticas conocidas como “a resultas “, o “a comercializar”, en definitiva que deben entregar sus productos al comercio sin la menor seguridad económica.
En este sentido, la UPA-PV no comparte ni entiende la pretensión del conseller Cotino de entregar cerca de 23 millones de euros al comercio para la promoción de clementinas a un precio que se ajusta a los 2,4 euros por arroba, cuestión que no se está cumpliendo, aunque en el fondo no se trata más que de una medida que favorece al más fuerte de la cadena, olvidando al productor de cítricos.
Esta es una más de las fórmulas erróneas de una conselleria, por lo que se ve incapaz de encontrar fórmulas que solucionen la gran cantidad de operaciones de compra-venta de productos frescos que se realizan en la Comunidad Valenciana, mientras el sector continua esperando un observatorio de precios vinculante, anunciado en primavera, un doble etiquetado que permita al consumidor conocer la formación de los precios que paga por el producto y un contrato homologado que garantice el precio y el tiempo de recogida de los productos frescos como los cítricos.