Aitor Esteban, portavoz del Grupo Vasco en la comisión constitucional del Congreso, señaló en la última jornada de la Escola d’Estiu de la UGT-PV que el inminente proceso que debe conducir al fin definitivo de la violencia terrorista es muy complicado puesto que existen muchas sensibilidades con puntos de vista de gran pluralidad, por lo que el reto es conjugar estas visiones.Para el representante del PNV las claves para que este proceso llegue a buen puerto están en mantener la separación entre el final de la violencia y lo que denominamos la problemática política vasca, ya que la resolución del segundo es una consecuencia del fin de la violencia. Por lo que aseguró que no se puede permitir que la banda terrorista trate de tutelar este proceso que es político. Asimismo, reseñó la importancia de la política penitenciaria y su interpretación, además de alcanzar compromisos de reconstrucción en la convivencia regenerando la confianza perdida que surge de la humildad de pedir perdón y la generosidad de aceptarlo.
Txarli Prieto, secretario general del PSE-EE-Alava, explicó cómo se encuentra actualmente el proceso que definió como lleno de claros y oscuros, aunque lo importante es que hay proceso y que hay salida al proceso, por lo que se mostró moderadamente optimista de que el fin de la violencia terrorista esté cerca, aunque indicó que los medios de comunicación están creando una ansiedad innecesaria puesto que este tipo de acuerdos necesitan de tiempo.
En este sentido, describió cinco dificultades que considera dificultan el final de la violencia; en primer lugar señaló como principal la ruptura de la unidad democrática por parte del PP lo que supone una carga para cualquier avance, en segundo lugar señaló que la izquierda nacionalista parece querer conseguir por los hechos lo que debería conseguir por el derecho, en tercer lugar la violencia callejera y los comportamientos fascistas como el ocurrido ayer en la Audiencia Nacional que hace que la generosidad de la democracia se resienta, en cuarto los intentos de algunos partidos de mezclar el proceso del fin de la violencia con las alternativas políticas a la situación del País Vasco dentro del Estado y en último lugar el protagonismo desmedido que ETA y su entorno tienen en algunos medios de comunicación. En todo caso, Prieto señaló que este proceso no tiene marcha atrás, la democracia ha demostrado ser más fuerte que el terrorismo y este hecho es irreversible, ya que el terrorismo está aislado.
Por su parte, Dámaso Casado, secretario general de UGT-Euskadi lamentó que en el País Vasco no saben lo que es vivir en paz desde hace demasiado tiempo, por lo que las cuestiones laborales y sociales quedaban en un segundo plano, ya que le terror lo tapaba todo. Casado hizo un repaso a la historia de la banda terrorista y a las negociaciones emprendidas por diversos gobiernos.
Para Casado, la solución a la violencia terrorista no es únicamente política, es una cuestión social donde las organizaciones de la sociedad civil deben implicarse para que aumente la credibilidad de que este proceso va en serio. La premisas son: cerrar filas al lado del Gobierno quien ha de liderar el proceso por su propia condición, unanimidad de los partidos democráticos y apoyo de las organizaciones de la sociedad civil. En este sentido, advirtió de que las organizaciones deben dar pasos en esa dirección y abandonar la pasividad. Desde la UGT venimos desarrollando esta labor desde hace mucho tiempo, discretos a veces, públicamente otras. A su entender, Lizarra supuso el cenit del enfrentamiento que puso en peligro la convivencia entre los ciudadanos al crear dos bloques.
Hoy podemos decir que esos dos bloques han desaparecido y en una perspectiva de futuro adelantó que hay una iniciativa en marcha para que todos los sindicatos de Euskadi hagan una declaración para apoyar el proceso de paz y que en las próximas semanas se podrá hacer público. Por último, afirmó que la UGT como sindicato de clase y solidario seguirá en esa dirección, reconociendo a los diferentes y avanzando dentro de la diversidad.