Opinión
1 de mayo de 2007
El movimiento sindical ha hecho del Primero de Mayo una fecha emblemática del calendario en la que reivindicar las cuestiones que nos afectan como trabajadores, pero también como ciudadanos. En años anteriores, la siniestralidad laboral, la precariedad laboral, la crisis de los sectores industriales o la igualdad han centrado los actos que se celebraron a lo largo y ancho de la Comunidad Valenciana.
28 de abril de 2007
Desde hace ya una docena de años, el movimiento sindical en todo el mundo alza al unísono su voz cada 28 de abril para reclamar mayores niveles de seguridad y salud en el trabajo, puesto que, a todas luces, gran parte de los heridos, lesionados y fallecidos que se producen como consecuencia de los accidentes laborales podrían evitarse.
26 de abril de 2007
Ahir va fer 300 anys d’un dels dies més amargs de la nostra història. Commemorem, que no celebrem, una derrota que va ser l’inici de l’intent d’esborrar les particularitats nacionals dels valencians: vam perdre els Furs; s’eliminaren les Corts; com a conseqüència de les despeses de la guerra es van gravar els territoris valencians; al contrari del que passà amb altres territoris de la corona d’Aragó, el valencians no recuperarem mai la legislació de dret privat; va ser prohibit el Valencià, i tot un llarg etcètera encaminat a fer-nos desaparèixer com a poble. Aquest fou el to del decret de Nova Planta: «Por justo derecho de conquista». Després vingueren molts altres dies i anys on se’ns continuaren negant sistemàticament els nostres drets.
28 de abril de 2007
El 28 de abril, los trabajadores y trabajadoras valencianos, en una reivindicación de carácter mundial, exigimos poder trabajar con unos niveles óptimos de seguridad, para mantener nuestra salud, nuestra integridad como personas dotadas de derechos y en primer lugar del derecho a la vida.
15 de abril de 2007
Creo que nadie pone en duda que el mundo rural en la Comunidad Valenciana necesita de presupuesto y de una política decidida para mejorar la calidad y condiciones de vida de los más de 330.000 ciudadanos que viven en pueblos de menos de 2.500 habitantes.